En la familia, en la escuela y en la sociedad… necesitamos integrar los valores.

Cómo enseñar valores, crear un espacio para los valores

Cómo enseñar valores, crear un espacio para los valores

Convocar un espacio particular para trabajar distintos valores implica aunque sea una breve definición de cada uno de ellos, y un contexto dentro del cual darles vida. Casi inevitablemente cada valor señalado invita irresistiblemente a materializarse en nuestras acciones y conducta. Por lo que darles un tiempo específico a algunos de ellos, subraya claramente la necesidad de su presencia.

Nuestros alumnos tienen mucha información y poco y nada de formación, y en plena era de la comunicación nos comunicamos bastante poco con ellos, aunque les hablemos mucho. Dedicar a conciencia 15’ de algunas de nuestras clases traería enormes beneficios.

Pienso que necesitan un tiempo especial  para darles oportunidad de saborearlos , de dimensionar los alcances de cada uno, de calcular sus consecuencias y vincularlos a sus vivencias cotidianas. Para que encuentren tiempo de ponderar y juzgar su existencia tanto en su vidas como individuos, como en la familia, en la escuela y la sociedad.

Así como se analiza un teorema de matemática para comprender sus raíces , razones, alcances y aplicaciones, se pueden tratar temas tan fundamentales como son los valores humanos.

En este apartado se encuentran por separado distintos valores, considerando los más relevantes y generales para intentar definirlos y colocarlos en el contexto diario. Trabajarlos con los alumnos en el aula implica revisar en conjunto su definición más, como dijimos antes, ponderarlos, juzgarlos, analizarlos. Y porqué no, reforzarlos con alguna pequeña lámina en algún lugar del salón en la que lentamente se vayan delineando y pautando normas de convivencia y actitudes personales a desarrollar.

Hay tanto material sobre los valores humanos, desde definiciones hasta cuentos, historias, películas, sobra material que invite a vivirlos realmente.

Considero esencial antes de incursionar en estos aspectos plantearnos a nosotros mismos si:

  • ¿Valoramos realmente a nuestros alumnos?
  • ¿Les decimos lo valiosos que son?
  • ¿Los incentivamos a medida que van realizando pequeños avances?

Sabemos por experiencia cuanto se logra a través del incentivo, la contención y el reconocimiento (¡ y la paciencia que hay que tener a veces!), ellos realmente nos necesitan, de todas las maneras que seamos capaces de brindarnos.