Cuál es el misterio para que el elefante de un circo, que pesa entre 5 y 7 toneladas, se quede sujeto solamente por una cadena que aprisiona una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Lo curioso es que teniendo la fuerza suficiente para derribar un árbol, se queda atado a esa estaca. La respuesta es simple, es porque desde que comenzó a dar sus primeros pasos ha estado atado a una estaca igual a la que lo sujeta hoy.

A penas comienza a caminar, el pequeño elefante es atado a una estaca que empuja y tira, tratando de soltarse, y al no poderlo lograr, después de innumerables esfuerzos, termina abandonando vencido ante la imposibilidad. Pero lo peor de todo es que a este animal, le queda ese registro y recuerdo de su impotencia, que sintió poco después de nacer y por este motivo aquel elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree no podrá lograrlo, como tantas veces que lo intento antes.

Muchas veces nosotros actuamos de la misma manera que el elefante del circo, tenemos un registro en nuestras mentes a cerca de la impotencia e imposibilidades de nuestro pasado, y esto logra condicionar tanto nuestro presente, que crea en nosotros una negación a intentar cambiar nuestra situación actual, cayendo en un estado de resignación y lo peor de todo es, que aquello que te resignas jamás lograras cambiarlo.

Por eso la biblia nos habla clara y contundentemente con respecto a esta situación, diciendo: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva;…” (Isaías 43:18 y 19). Cuando el Señor le da esta palabra a su pueblo, El se la da para confrontar sus pensamientos dado que ellos iban a vivir un nuevo éxodo y para ellos el primer éxodo por el desierto, si bien los había conducido a la tierra prometida, ese proceso había durado 40 años, pero Jehová tenía preparado algo distinto para esta nueva etapa en su vida.

Una mente condicionada por sus registros negativos del pasado es una mente que no ha sido renovada, la Palabra de Dios dice en el libro de Romanos “transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” y la voluntad de Dios para tu vida es que todo lo puedes en Cristo que te fortalece, es decir que la voluntad de Dios para tu vida es superar todas tus limitaciones.