PUBLICADO EL 30 DE DICIEMBRE DE 2014 EN LA VERDAD
Ni miajita voy a decir sobre el discurso del Rey. Primero
porque yo soy una mujer con visión de futuro y no quiero que un quítame allá
esa flor de Pascua hunda el compromiso entre mi heredero y La Heredera, que las
hemerotecas las carga el diablo y Peñafiel está esperando la mínima para sepultar
mi carrera como Suegra Madre en ciernes. Y segundo porque lo ha comentado todo
el mundo, que hasta un experto en lenguaje no verbal se llevaron el otro día a
una tertulia política: la lucha por la audiencia como elemento igualitario
entre clases sociales o cómo poner al Rey al nivel de Lydia Lozano cuando le da
el parraque y llaman a la psicóloga de cabecera para que diga si los hipidos de
la rubia son verdad verdadera. Es lo que tienen los que van de Woodward y
Bernstein, que mucho criticar al roserío para luego acabar apropiándose de los
métodos lombrosianos del “Sálvame”. De esos y de los del espectáculo, que ya presentan
a los opinadores de “La Sexta Noche” como “nuestros gladiadores de la arena
política”. Ave, César, contertuli te salutant. A mí me reciben así y le clavo
mi tridente a Iñaki López.
Los análisis políticos no son profundos, sino superficiales.
Literalmente, porque apenas analizan algo más allá de la superficie: han examinado
tanto el tinte de Mariano Rajoy, los modelines de Soraya, las camisas blancas
de mi esperanza de Pedro Sánchez y la coleta de Pablo Iglesias que no sé si
estoy leyendo la sección de nacional o la de estilo y tendencias. Y venga comparativas
sobre quién hace los gestos más cercanos, quién frunce más el ceño o quién
modula mejor la voz. Y venga los asesores a repasarse “Lie to me” y a convencer
a sus pupilos de que no miren hacia la izquierda porque eso señal de mentir, presidente,
tenga usted cuidado que lo dijo Tim Roth en un episodio. Y los expertos en
comunicación no verbal al quite, que los ojos siempre dicen la verdad por mucho
que intentes controlarlos (si no eres Carlos Fabra o Leticia Sabater, claro). Entre
eso y los exámenes de Primero de Alcaldía perpetrados por Esperanza Aguirre ya
no va a haber problema alguno en las próximas elecciones. Feliz Año Nuevo.
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