Venciendo los miedos.
Perspectiva de la ciudad de Querétaro
Cuando iniciamos un negocio y hay que hacer publicidad para obtener o captar a los clientes, es estresante y desgastante emocionalmente. Empezamos con la energía y el entusiasmo que nos provee el inicio de algo nuevo en nuestra vida, muy parecido a estar cortejando a la futura amada o amado.
En la situación de los inmuebles no es la excepción, cuando hacemos los primeros contactos personales o telefónicos y recibimos las primeras negativas, algo se detona de nuestro pasado cuando nos hemos formado con muchas negativas, de los que nos rodean en nuestra desarrollo o formación. Entonces nos da temor y pavor, seguir haciendo esa labor y, justamente en ese momento se decide la pasión y el camino por nuestro oficio. Algunos abdican y los menos trabajamos en nuestros temores para seguir cultivando a nuestro amado o amada.
En la medida que doblegamos y hacemos a nuestro miedo compañero o socio de la vida iniciamos los contactos y promovemos nuestro oficio hacia todos lados, es decir pregonamos a los cuatro vientos cual es nuestro quehacer diario.
En el caso de nuestro equipo dar los primeros pasos nos llevo a días y noches de miedo y preocupación, aunque nuestra experiencia en la construcción nos daba cierta ventaja, es posible que haber convivido con personas que vendían inmuebles nos hiciera pensar que vender era solo para gente que no encontraba un lugar donde trabajar con un salario digno o como lo expresaban "estamos en ventas, mientras encontramos algo mejor". Gran error habernos quedado con esa información, con el paso de los tiempos, llegamos a un gran verdad, sin ventas las empresas no logran sostenerse y para ello requieren a gente muy capaz y bien formada, especialistas o profesionales de las ventas.
Ahora que hemos acumulado algunas experiencias hemos aprendido que, ayudar a que nuestros clientes cubran sus necesidades sin los temores de "como les ira" en sus operaciones inmobiliarias, nos estimula para seguir como socios de nuestros miedos y temores.
En el caso de nuestro equipo dar los primeros pasos nos llevo a días y noches de miedo y preocupación, aunque nuestra experiencia en la construcción nos daba cierta ventaja, es posible que haber convivido con personas que vendían inmuebles nos hiciera pensar que vender era solo para gente que no encontraba un lugar donde trabajar con un salario digno o como lo expresaban "estamos en ventas, mientras encontramos algo mejor". Gran error habernos quedado con esa información, con el paso de los tiempos, llegamos a un gran verdad, sin ventas las empresas no logran sostenerse y para ello requieren a gente muy capaz y bien formada, especialistas o profesionales de las ventas.
Ahora que hemos acumulado algunas experiencias hemos aprendido que, ayudar a que nuestros clientes cubran sus necesidades sin los temores de "como les ira" en sus operaciones inmobiliarias, nos estimula para seguir como socios de nuestros miedos y temores.