Una recomendación de lectura atípica en Sutherland.

Y que conste que digo «atípica» porque, a lo largo de los años, he procurado ceñirme a la literatura romántica, a la hora de compartir mis lecturas por aquí. Pero, como advertí en mi primer post de regreso a la blogosfera, habrá más cosas y, a partir de ahora, me ceñiré menos.

A modo de introducción, diré que no hago reseñas de libros (¡tengo bastante con escribirlos!) y tampoco tengo tiempo para dedicarle unas líneas a todo lo que leo. Las poquísimas recomendaciones que encontrarás en Sutherland, pertenecen a libros que me parecieron tan notables, que me sentí casi en la obligación de compartir mi opinión sobre ellos. Dar con textos realmente notables no se da tan a menudo.

En el caso que me ocupa hoy, hay una razón de peso para que me haya animado a saltarme a la torera el SEO recomendado para el tipo de blog que tengo, y me haya decidido a hablarte de este libro (que en realidad, son dos). Si existe un campo en el que proliferan novedades editoriales e independientes, es el de la salud natural o salud holística. A nivel personal, es un tema que me apasiona y sobre el que llevo formándome desde hace muchos años. Diría que casi toda mi vida. Positivo como es que, gracias a la autopublicación, no haya filtros editoriales a lo que se publica, la contrapartida es que dificulta encontrar información verdaderamente fiable. Tratándose de salud y alimentación, el peligro de esto es evidente. Hay mucha, muchísima paja en este campo. Pero, de tanto en tanto, encuentro algún diamante que vale cada minuto de lectura que le dedico. Los dos títulos que vienen a continuación son un ejemplo claro.

TU CUERPO EN LLAMAS – Beatriz Larrea

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Prólogo de Marián Rojas Estapé

¿Sabes que tienen en común los hábitos positivos para llevar una vida sana? Que combaten directamente la inflamación, son los bomberos que van apagando el fuego de enfermedades como la tensión arterial alta, el sobrepeso, el insomnio… Muchos de los males que padecemos son inflamatorios por naturaleza y también el envejecimiento está muy marcado por este proceso.

En este interesante libro, su autora, nutricionista holística, nos propone un plan de acción de 30 días para revertir el envejecimiento y evitar que nuestro cuerpo «prenda en llamas», cuidando a nuestros inquilinos, como la microbiota, equilibrando el cortisol producto del estrés, durmiendo mejor para autolavar nuestro cerebro por las noches o nutriéndonos con los tops de la buena alimentación: la cúrcuma, las alcaparras, el té verde, el cacao…


Leí este libro en 2022, poco después de que saliera. No solo me encantó por la cantidad de información útil que ofrece, sino por lo didáctico que es. Beatriz es una gran narradora. Lograr pasarse medio libro hablando de compuestos químicos, sin que empieces a bostezar es algo que muy pocos libros consiguen. Lo sé por experiencia 🥱. Se ha convertido en uno de mis libros de consulta y, a día de hoy, sigo aplicando varios de sus consejos en mi día a día, con resultados óptimos.


APAGA TU CUERPO EN LLAMAS EN 30 DÍAS – Beatriz Larrea

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¿Tienes una dieta equilibrada o sufres sobrepeso? ¿Duermes lo suficiente? ¿No logras librarte del estrés? ¿Cómo está tu tensión? Deberías hacerte estas preguntas porque puede que tu cuerpo esté en llamas y te urja apagar el incendio.

Muchas enfermedades y el envejecimiento tienen su origen en procesos inflamatorios, que son los pirómanos de nuestra salud, de modo que necesitamos un cuerpo de bomberos (polifenoles, el sueño, el deporte…) bien preparado para solventar los problemas.

Este libro es la continuación del exitoso Tu cuerpo en llamas. De la teoría a la práctica: su autora, reputada investigadora de la nutrición, te enseña ahora cómo adquirir los hábitos que precisas para vivir más y, sobre todo, mejor retrasando el envejecimiento. Para ello te propone un detallado y sencillo plan de 30 días, dividido en cuatro semanas, que abarca todo, desde la dieta (con recetas incluidas) hasta el bienestar de tu mente; de las pautas de actividad física a los periodos de descanso.

Comienza ya tu batalla contra la inflamación.


Salió en 2023, pero se me despistó hasta hace unos días. Desde entonces, le he hincado el diente una vez y ahora lo estoy releyendo. Por más buena experiencia que haya tenido con un autor, siempre descargo una muestra de su nuevo libro antes de decidirme a dedicarle tiempo a su lectura. Me bastó leer la introducción para comprarlo. Concretamente, me bastó esto:

[…] Es verdad que, cuando me planteé escribir el libro, el tema de la inflamación ya era importante, pero ahora, en la era post-COVID, se ha convertido en la estrella del espectáculo, ya que, con la entrada de la pandemia, vimos a millones de personas sucumbir a lo que llamamos «tormenta de citoquinas», o, en otras palabras, que su cuerpo se encendió en llamas. Los que sobrevivimos hemos visto cómo el COVID, con esa tormenta, ha generado en millones de personas lo que se conoce como COVID persistente, síntomas que fueron el resultado de la guerra interna que pasamos todos; y esos síntomas son, simple y llanamente, los daños colaterales de tu sistema inmune combatiendo al condenado bicho, o a otros bichos latentes que aprovechan para resurgir cuando estás bajo de defensas.

El bizcocho del COVID persistente sigue en el horno, todavía no sabemos con exactitud por qué en ese 30 por ciento de la población permanecen los síntomas. Sí sabemos que puede ser por una pérdida de la actividad de la enzima ACE2, por la producción de auto-anticuerpos, estrés oxidativo, daño multiorgánico […] Sea por la razón que sea, todo esto propicia inflamación y activación sostenida del sistema inmune. Con cualquier proceso inflamatorio, con COVID o sin él, dependiendo de cuál sea tu punto débil, el cerebro, las hormonas, la mitocondria y el metabolismo se ven afectados por la tormenta inflamatoria. […]

Si perteneces a ese 30 por ciento al que se refiere Beatriz, o, si simplemente, sientes que tu cuerpo no ha vuelto a ser el mismo después de la pandemia, en este libro encontrarás unas cuantas pistas.

Por cierto, lo de los 30 días del título es simplemente un recurso de marketing. En salud natural y nutrición, los hábitos saludables sostenidos en el tiempo son la clave de todo. De hecho, no hay más clave que esa.

El anuncio: Un relato romántico y divertido de Patricia Sutherland sobre el carismático motero Niilo Jarvi.

EL ANUNCIO

(Fragmento)

por Patricia Sutherland

Un relato romántico y divertido, de un momento muy especial del «caballero Jedi», Niilo Jarvi y su chica, basado en Los moteros del MidWay, 4. Una Navidad muy especial. Londres.

«El anuncio», un relato romántico y divertido sobre el carismático motero Niilo Jarvi, y su chica. Basado en Los moteros del MidWay, 4.

– I –

Madrugada del día de Navidad de 2010,

En algún lugar de Londres.

—Este Ike es tooodo un personaje y perdona que te diga, pero con los moteros no es con los únicos que ha estado haciendo mérito —apuntó Abby, risueña.

Iba junto a su amiga Amy, sentada en el asiento posterior del coche de Evel quien, habida cuenta de que su ingeniero de diseño había decidido marcharse del mundo por la puerta grande bebiéndose tres boilermakers, se había ofrecido a llevarlos a él y a su chica sanos y salvos a casa.

—Lo que me extraña es que Dakota haya tragado —comentó Niilo. Su voz había sonado pastosa. Iba repantigado en el asiento del copiloto, más dormido que despierto.

—¡Has vuelto…! Ya ni me acordaba de que estabas ahí —celebró Evel, el único totalmente sobrio de los cuatro pasajeros del vehículo. Mirando a su mujer por el retrovisor, preguntó—: ¿Por qué lo dices, linda? ¿Está haciendo méritos con alguien más?

Quien respondió fue Amy. 

—¡Con Erin! Entre esos dos está pasando algo. —Al notar que Niilo asomaba la cabeza entre los asientos para mirarla, añadió—: Algo muy picante… Para empezar, me he enterado de que el fin de semana de la nevada estuvieron juntos. Muy juntos, me refiero. En la misma casa.

—¿Sabes tú algo de eso? Cuenta, cuenta —pidió Evel. Le habían llegado rumores, pero ninguna información fiable. 

—Lo que oís, chicos. Por lo visto, él la invitó a quedarse en su casa y ella aceptó. Y está claro que algo se está cociendo desde hace meses… En tu boda, los vi conversando muy ensimismados en la playa y ya sabéis lo que pasó en el cumpleaños de Conor… Pero, luego, en público no se dan ni un besito —se quejó, riendo—, así que está claro que lo que sucede, sucede entre bambalinas…

Niilo permaneció mirando a Amy aunque, en realidad, era de noche y apenas veía su rostro a menos que las luces de la calle lo iluminaran. A ella le divertían los flirteos que descubría entre los moteros. Y eso que se autodefinía como una mujer nada romántica… A él, en cambio, todo lo que tenía relación con aquel imbécil engreído, no le hacía ni pizca de gracia. 

—Sé que ella le interesa y que lo intenta desde hace tiempo —concedió Evel—, pero no tenía ni idea de que Ike le había sacado tanto rédito a la maldita borrasca. ¡Qué tío! Y sobre Dakota… No creas que ha tragado tanto, Niilo.

Evel relató brevemente el intercambio de palabras que había tenido con su socio cuando Ike, tras coger el micrófono, se había subido a la barra del MidWay.

—Es normal —soltó Niilo—. Cuando dijo eso de que quien no entregara las dos cosas para el siete de enero se quedaba en tierra, me dieron ganas de bajarlo de la barra de un puñetazo. ¿Quién se cree que es? Menudo imbécil.

Amy y Abby se mostraron asombradas ante tanta locuacidad por parte de un motero que no se caracterizaba, precisamente, por serlo.

—Bueno… —empezó a decir Evel a pesar de no tener claro que fuera una buena idea hacerlo, pero creía que iba siendo hora de que sus colegas empezarán a relajar un poco la tensión respecto de Ike, ya que era evidente que al tipo no lo habían ahuyentado con sus ataques disfrazados de indiferencia—. Entiendo que a nivel personal pueda no caer bien. Hasta entiendo que haya quien no quiera verlo ocupándose de las cosas del club. Pero la verdad es que lleva haciéndolo desde hace mucho tiempo como tesorero del club y resulta bastante irónico que todos hayamos dejado la pasta en sus manos y ahora nos preocupe que organice las quedadas… Más que irónico, ridículo. Y no —se adelantó al notar que Niilo ladeaba la cabeza e imaginando, ya que no podía verla del todo, el tipo de mirada que él le estaría dedicando—, no digo esto porque se haya dejado una pasta en mi taller… O, en parte, sí. En lo que a mí respecta, ahora es un cliente y no tiene que caerme bien. Pero, en honor a la verdad y aunque nos joda, es el único que ha demostrado ganas de implicarse en los eventos del club. Yo no tengo tiempo de ponerme a organizar quedadas y a ti tampoco te he visto que lo hicieras —sentenció, mirando a Niilo brevemente, antes de volver los ojos a la carretera.

—El presidente es Conor —repuso él. Abrió la boca en un largo bostezo.

—El presidente era Conor. Da igual lo que nosotros queramos, tío. Ha dicho que sí a volver a trabajar en el taller, sobre los MidWay Riders todavía no ha dicho ni mu. Y mientras no lo haga, el presidente sigue siendo Ike. Y, por lo tanto, es quien tiene que organizar los eventos. Además, si me permites la sinceridad, creo que se le da bastante bien… Dakota tendrá que ir haciéndose a la idea de que sus rencillas con Ike son un asunto personal, no del club.

—Bueno, bueno, bueno… Tampoco nos vamos a poner serios con este tema… —intervino Abby, con el mismo tono que se le había puesto tras su segunda cerveza, haciendo sonreír a Evel—. A mí me da igual, yo lo que quiero es que alguien se ocupe de organizar la quedada de mi sobri y que todo vaya fabuloso. ¿Que se pasó con lo de esa camarera que tiene las uñas larguísimas? No recuerdo su nombre… Se pasó y mucho. Pero de eso hace un siglo, y sé por Tess que él se ha disculpado varias veces. Yo creo que ya es hora de echar un tupido velo.

Habían llegado a su destino y Evel detuvo el coche frente al edificio donde vivían Niilo y Amy. Puso el intermitente. Al ver que su amigo no se movía del sitio, le tocó el brazo.

—Si quieres que te cargue a hombros, avísame.

—¿Qué, ya es mañana y es hora que vérmelas con mi suegro? —farfulló, somnoliento.

—No, todavía estás en mi coche y has vuelto a quedarte dormido… Tanto que os quejáis de que Conor no puede beber otra cosa más que leche, y luego vas tú y con tres boilermakers quedas de cama…

Desde el asiento posterior le llegaron las carcajadas de las dos amigas.

—¿Tres boilermakers? Añade a la cuenta todas las Coronitas que se bebió… —aclaró Amy—. Vamos, caballero Jedi, a ver si logramos llegar hasta el tercero y meternos en la cama… Aunque, si no te ves capaz, siempre podemos quedarnos en el primero, no creo que a tu madre le importe —bromeó.

Después de despedirse de sus amigos, Amy y Niilo entraron en el edificio. Ella lo llevaba agarrado por la cintura para evitar que él tropezara. 

Subieron al ascensor, marcaron el botón con el número tres y se quedaron abrazados y en silencio hasta que se detuvo en la planta solicitada. Al llegar frente a la puerta del apartamento, Amy sacó las llaves del bolsillo y se concentró en abrir las tres cerraduras… Pero tras cuatro intentos, nada. 

A Niilo le dio la risa tonta.

—¡No te rías que nos quedamos aquí fuera toda la noche!

—¡Cómo no me voy a reír, Amy! ¡Si pudieras verte, afinando la puntería como si en vez de una llave fuera un revólver, para luego no darle ni cerca…! —exclamó, y acabó contagiando a Amy, por lo que cuando al fin consiguieron abrir, entraron en el piso, desternillándose de risa.

—¿Has visto, hombre de poca fe? ¡Ya estamos en casa! Tampoco he bebido tanto… Y ahora que nadie nos oye —dijo ella al recordar el asunto—, ¿qué es eso de «verte las caras con tu suegro» que comentaste antes, en el coche? Con la única persona del mundo que tienes que verte las caras es conmigo, monino. 

* * *

Niilo se había dejado caer en el sofá sin preocuparse de encender la lámpara. Fue Amy quien lo hizo y después se arrodilló en la alfombra frente a él, mirándolo divertida. Tenía los ojos cerrados y aspecto de no ser capaz de volver a ponerse en pie. No era habitual verlo así. Intuía que la emoción de las últimas semanas sumada a lo que estaba a punto de suceder en unas horas, habían amplificado el efecto del alcohol. 

—¿Me has oído o quieres que te lo repita? —insistió ante la falta de respuesta.

Él se esforzó por abrir los ojos. Sentía la cabeza entre algodones y el estómago un poco revuelto.

—¿Mmm…?

Amy le quitó el gorro de la rana Gustavo y le despeinó el pelo cariñosamente. Repitió su pregunta mirándolo con expresión divertida.

—¿Me has oído ahora?

Él asintió moviendo la cabeza graciosamente. Sus párpados lucían a media asta, pero la porción visible de sus ojos, rezumaba picardía.

—Bromeaba… —admitió, refiriéndose a lo que había dicho en el coche—. Y en parte, no bromeaba… Quiero gustarle a tu padre… Que no tenga ninguna duda de que soy el hombre ideal para ti. Será porque perdí al mío… Sé que le habrías gustado muchísimo… Le habrías caído genial.

Aquel recuerdo dedicado a un hombre que a ella le habría encantado conocer, le derritió el corazón. Amy se incorporó y se sentó en el sofá, a su lado.

—Le caes bien, Niilo —aseguró, frotándole el hombro cariñosamente—, y ya se ha dado cuenta de que eres mi hombre ideal, créeme. En todo caso, los dos darán por bueno lo que yo decida.

Durante unos instantes, Amy y Niilo permanecieron en silencio, con los ojos cerrados. Hasta que, de repente…

—Espera, ¿he oído bien? ¿Has dicho que tus padres darán por bueno lo que tú decidas? 

De pronto, Niilo había vuelto a la vida. Giró la cabeza para mirarla. Notó que ella estaba repantigada en el sofá con una sonrisa de persona que ha bebido demasiado, y la mirada perdida en algún punto de la pared que tenían enfrente.

—Sip.

Niilo se rascó la cabeza pensativo. Definitivamente, no le cuadraba con la imagen que se había formado de ellos a través de las conversaciones que habían tenido durante los últimos meses. Después de presentárselos, en agosto, Amy había empezado a abrirse más con él acerca de la relación que mantenía con su familia, compartiendo algunos recuerdos de cuando todavía vivía con sus padres.

—Estás hablando de que así sería en una realidad paralela, ¿no? Porque en esta, me resultaría muuuuuuy raaaaaaro…

Ella se echó a reír ante la ocurrencia de Niilo. Él, que normalmente era callado, aquella noche estaba de lo más conversador.

—¿Realidad paralela? Oye, que con lidiar con mis padres en esta, ya tengo suficiente… 

—¡Y yo! —exclamó él. Lo dicho por Amy le había traído a la memoria el día de la boda de Evel y Abby y el millón y medio de preguntas que había tenido que responder a los Pearson. 

—Aunque… —continuó ella, pensativa—. Tienes razón, creo que no he estado muy acertada con mi comentario… Si por algo se caracterizan mis queridos progenitores, es justamente por no dar por bueno lo que yo decido…

—¿Ves? Esto sí me cuadra —concedió él, asintiendo con movimientos histriónicos.

—Existen muchas posibilidades de que no lo den por bueno… ¡Muchísimas! Pero como no estaremos solos, probablemente se corten y lo que realmente piensan me lo digan por teléfono o en otro momento… ¡Bien! —añadió, elevando un brazo en un gesto triunfal—. Sí, sí, sí… Y si puedo elegir, mejor que sea por teléfono… Así con dejarlo sobre la mesa y seguir con mis cosas mientras ellos se explayan a gusto, ¡asunto arreglado!

Vio que Niilo sonreía divertido ante su histrionismo y continuó.

—Ya los estoy oyendo… Mi madre —anunció, y se aclaró la garganta, disponiéndose a imitar su voz—: «Pero vamos a ver, Amy, no eres capaz de freír un huevo, ¿y te vas a vivir con tu novio? ¡Pues espero que él sí sepa cómo freírlo, si no la aventura os durará muy poco!» Como si no pudieras contratar a alguien para que te haga la comida o te limpie la casa… —remató, poniendo los ojos en blanco—. ¿Tú sabes freír huevos, caballero Jedi?

Amy tuvo que esperar a que él dejara de partirse de la risa para conocer su respuesta. Algo que hizo con una sonrisa divertida, encantada por su reacción.

—Nunca lo he intentado, pero por ti… ¡Lo que haga falta! —repuso, y volvió a reírse.

—¡Ese es mi chico!… Y mi padre dirá algo como… —Amy carraspeó una vez más, preparándose para una nueva imitación—. «Es muy típico de ti, cariño. En vez de anunciar que vas a casarte, como cualquier chica normal, lo que nos dices es que de ahora en adelante compartirás los gastos del alquiler para que te salgan más a cuenta. ¡Sí, señor, muy típico!».

—¡Ja, ja, ja… Los padres siempre pensando en la economía! —bromeó Niilo.

A pesar de las risas, Amy se dio cuenta de que, en el fondo, no le divertía tanto que las cosas fueran de aquel modo. Sus padres habían cambiado con los años, pero muchas de sus posturas ante la vida seguían siendo las mismas. Existían grandes posibilidades de que eso que para Niilo y ella era una gran noticia, para sus padres fuera otra locura más a añadir a la larga lista de decisiones objetables de su querida hija.

—A estas alturas, ya deberían saber que de mi economía me ocupo yo solita. Llevo haciéndolo desde que me fui de casa y en estos años jamás he recurrido a ellos. Ni una sola vez. Cuando las cosas no fueron bien, me aguanté y busqué mis propias soluciones.

Dado el evidente cambio de humor de Amy, Niilo decidió recuperar la risa.

—En mi caso, solo podemos esperar algo como… —se aclaró la garganta y puso voz de mujer al borde de un ataque de histeria— ¡¡¡Wiiiiiiii…. Al fin podremos empezar a planear la boda!!! —Y al ver la cara de Amy, se apresuró a añadir—: Eh, sin presiones, ¿vale, nena?

La pareja estuvo riéndose un buen rato a cuenta de las imitaciones paternas. Eran conscientes de que estaban ansiosos por lo que sucedería en unas horas en aquel mismo salón. También lo eran de que intentaban quitarle hierro al asunto… […]

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Superstar. Parte 1: Romántica novela de la Serie Luces de Neón

Como la mayoría de los escritores, tengo más historias por plasmar en mi mente que tiempo real para escribirlas. Esto significa, entre otras cosas, que cuando al fin le toca el turno a una historia, lo normal es que lleve años cociéndose en mi cabeza, esperando pacientemente a que mis deditos queden libres para poder ocuparme de ella.

La historia que inaugura mi calendario de publicación de 2024 no es una excepción. Lo curioso es que le había llegado el turno, allá por 2011. Había empezado a trabajar en ella. O quizás, debería usar el pronombre en plural, ya que forma parte de una serie de la que ya por entonces existía un primer borrador de tres de las novelas que la componen. Pero publiqué Princesa, Dakota enamoró a las lectoras que empezaron a reclamar una continuación. Esa continuación dio lugar a la Serie Moteros y, bueno, la historia de la que vengo a hablarte hoy tuvo que volver al cajón, a seguir esperando.

Los personajes, mientras tanto, han seguido creciendo, madurando, y la experiencia de volver a estar en contacto con ellos está siendo… ¡fenomenal! La historia, por su parte, también se transformó y creció. Tanto que, de hecho, se divide en dos partes. ¿Quién me habría dicho a mí que aquel boceto esquelético que tracé en 2004 acabaría convertida en un pedazo de historia de semejante envergadura? Lo que, por otra parte, desde mi punto de vista no es sino otra confirmación de que cada cosa tiene su momento.

Este es el momento de SUPERSTAR, la primera entrega de mi nueva serie, Luces de Neón.

Superstar. Parte 1, la primera novela de la Serie Luces de Neón, de la autora romántica Patricia Sutherland,

Una ferviente activista humanitaria y un carismático ícono de la música country se encuentran en un cruce inesperado de destinos…

Chris Thompson, reconocida internacionalmente por su trabajo humanitario, regresa a Toronto tras años en África, enfrentando un aterrizaje forzado por circunstancias personales.

Ken Bryan, una estrella de la música que ha conquistado a millones de fans con su talento y carisma, vuelve a Nashville decidido a relanzar su carrera musical, tras dos años luchando contra sus propios demonios.

A pesar de sus mundos aparentemente opuestos, el destino los une en un encuentro fortuito. Mientras Chris lucha por equilibrar su compromiso con su hermana y su carrera, y Ken se enfrenta a los desafíos de la fama, ambos se ven atrapados por una profunda e inexplicable conexión que desafía sus percepciones del amor y la vida.

¿Conseguirá esa conexión mantener unidas a dos personas cuyas vidas discurren por caminos tan distintos? ¿O las diferencias pesarán más y los separarán para siempre?

«Superstar» es una cautivadora historia sobre el poder del amor para trascender las barreras sociales y personales en la que dos opuestos aparentemente irreconciliables descubren que, en el caos del mundo, a veces el destino tiene sus propios planes.


Reencontrarme con sus escenarios y sus protagonistas ha sido emocionante. Tomarlos de la mano y dejar que me guiaran a través de su singular historia de amor, está resultando una experiencia alucinante.

Estoy ansiosa por que los conozcas, por que te sumerjas de cabeza en su mundo. ¿Qué más puedo decirte?
Tres cosas:
✔︎ Te vas a enamorar de Superstar.
✔︎ Porque te vas a enamorar de la pareja protagonista (y de todos los demás personajes, pero a ellos los vas a adorar).
✔︎ ¡Advertida quedas!

El mejor regalo del mundo: Un relato dulce y emotivo de Patricia Sutherland sobre la pareja más famosa de la Serie Moteros.

EL MEJOR REGALO DEL MUNDO

(Fragmento)

por Patricia Sutherland

Un relato dulce y emotivo, que abre el telón a un momento muy especial de la pareja más famosa de la Serie Moteros, basado en Los moteros del MidWay, 4. Una Navidad muy especial. Londres.

«El mejor regalo del mundo», un relato de Patricia Sutherland sobre la pareja más famosa de la Serie Moteros.

Sábado, 25 de diciembre de 2010.

Bar The MidWay.

Hounslow, Londres.

Eran las cuatro y media de la tarde y ya hacía más de una hora que Dakota había puesto a la familia en movimiento. Tal como había esperado que sucediera, las tías de Tess habían dicho que todavía era temprano y que podían quedarse un rato más en la buhardilla, a lo que él había respondido sacándolas con cajas destempladas.

—Ni hablar. Además, ¿que esperáis, que los quite yo? —Señaló el enorme lazo rojo que rodeaba la campana con la que tradicionalmente se anunciaba la última ronda de bebidas del día—. De eso nada, señoras. Ya podéis ir retirando todas esos adornos rapidito, que esto es un bar de moteros y se abre a las cinco.

—¡Es Navidad, Dakota! Moteros o no moteros todo el mundo espera ver lacitos y bolas de colores —intervino Amelia, haciéndole un guiño a Tess que para entonces reía divertida ante la expresión del rostro de su marido.

—Eso será en su caso. Lo que los clientes de este bar esperan encontrar aquí es cerveza y buena música.

—Y tíos buenos —apunto Abby mientras recogía la última mesa.

—¡Eso; tíos buenos! —dijo Terry.

Todos lo miraron sorprendidos. Llevaba dos horas bostezando sin parar con evidentes signos de estar durmiéndose sentado.

—¡Snowman ha resucitado! —exclamó Amelia, riendo. Junto a sus hermanas ya había comenzado a retirar los adornos navideños del salón.

—¡Alabado sea Dios! —bromeó Stella—. ¡Chico, qué alivio, nos tenías preocupados!

Terry agradeció los comentarios elevando ambos brazos como si fuera una estrella del rock saludando a los fans en un concierto

—Parece que has vuelto a la vida —le dijo Tess cariñosamente—. En ese caso, podrías quedarte un rato.

El moreno declinó la invitación con un gesto de la mano.

—No, cariño. Llevo dos semanas de aeropuerto en aeropuerto. Lo que necesito es dormir tres días seguidos, pero como eso no será posible, cuanto antes empiece mejor.

—Bueno, te dejaré descansar hoy, pero mañana te esperamos… ¿a comer? —propuso y al ver que él dejaba caer la cabeza hacia adelante y se ponía a roncar en broma, añadió—: De acuerdo, a cenar, entonces. A ti también, Diana, por supuesto. Y no aceptamos excusas, ¿verdad, Scott? —le preguntó a su marido que estaba encendiendo las máquinas, detrás de la barra.

El motero se volvió a mirarla con gesto interrogante.

—Les he invitado a cenar en casa mañana y acabo de informarles que no aceptamos excusas. Tienen que venir —le explicó ella, risueña—, ¿verdad?

¿Más gente en su casa? ¿Y todavía se lo preguntaba? Dakota empezó a reírse de pura desesperación.

—Si no venís os prometo que no me voy a ofender —aseguró. Y vio que Tess se ponía roja, lo cual consiguió que él se riera con más ganas.

—Eso es un alivio, tío. Lo último que querría es que te ofendieras —exclamó Terry y miró a Tess—: ¿Te he dicho ya que tu marido me encanta? ¡Es lo más!

—¿Te sientes identificado, verdad? A ti también se te da muy bien desconcertar a la gente con comentarios inoportunos… —Y volvió a dedicarle una mirada recriminatoria a su marido a la que él respondió haciéndole un guiño.

«Y que lo digas», pensó Diana, asintiendo con la cabeza varias veces. 

Aquellos movimientos enfáticos no pasaron desapercibidos a Terry. Estuvo a punto de traer a colación lo sucedido durante el día de remembranza en conmemoración del aniversario de la muerte de su marido, pero descartó la idea. Tess no estaba al tanto, o eso creía, ya que de otra forma, le habría dicho algo al respecto y la conocía lo bastante para saber que lo sucedido no le haría gracia. De hecho, mirándolo en perspectiva, a él tampoco se la hacía. No había estado bien.

—Totalmente identificado —repuso—. Tu marido es un desvergonzado, igual que yo. 

Dakota pensó que ese era el pie que necesitaba para acabar con aquella reunión por la vía expeditiva. Saltó por encima de la barra y fue hacia la mecedora donde estaba Tess con decisión.

—¡Exactamente! Y como no tengo ninguna vergüenza y, en cambio, lo que sí tengo es que prepararme para abrir el bar, me voy a llevar a mi mujer y a mi hija a casa ahora mismo. ¡La salida queda por ahí! —Señaló con un gesto de la cabeza la puerta principal y empezó a alejarse empujando la silla al tiempo que decía—: ¡Adiós a todos y gracias por venir!

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De Londres a Nashville y mi nueva serie romántica.

¡Qué raro me resulta escribir una entrada que tiene todo que ver con mis novelas y nada que ver con la Serie Moteros! Pero por increíble que parezca, sí, señora, después de varios años y nada menos que veintitrés novelas, he abandonado Londres. ¿Mi nuevo destino? ¡Nashville! 

Luces de Neón, la nueva serie romántica de Patricia Sutherland. Ambientada en Nashville, Tennessee.
Luces de Neón, la nueva serie romántica de Patricia Sutherland

Este año me propongo llevarte a un mundo dominado por la música y los carteles luminosos. Un lugar en el que junto a personas corrientes, conviven recién llegados persiguiendo su sueño de convertirse en estrellas, estrellas que luchan por que su luz no se extinga, y otras -estrellas fugaces- que, como en toda lucha, se quedaron por el camino, víctima de los sacrificios que se cobra la fama.

Luces de Neón es el nombre de mi nueva serie. Agrupa varias novelas con una característica común; Nashville (Tennessee, EEUU). Conocida mundialmente como la «Ciudad de la Música», es el escenario donde se desarrollan todas las historias.

✔︎ Historias de superación,

✔︎ de sueños que no siempre se alcanzan,

✔︎ de esperanza y,

✔︎ por encima de todo, de amor.

Desde el más apasionado hasta el más inocente, el común denominador de esta serie es que transpira amor.

Así que… ¡Prepárate para vivir emociones fuertes! 🩵🩷🩵


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Mis retos de escritura y no hay mal que por bien no venga

¡Ay, por qué poquito! Esta vez no ha podido ser; no he podido completar el reto Camp NaNoWriMo alcanzando las 50.000 palabras requeridas antes de que finalizara abril.

Empecé cuatro días tarde y me faltaron 8.572 palabras. Por eso de que no hay mal que por bien no venga, mi aprendizaje en este asunto ha sido muy claro: si no me hubiera pensado tanto si apuntarme o no, lo habría conseguido.

Así que, Patricia, para la próxima, te apuntas al principio del reto y te dejas de tonterías de «si estoy muy liada» o «¿me dará tiempo?». El próximo reto «Camp» es en Julio y ya lo tengo en la agenda.  Salvo que tenga que viajar, allí estaré el día 1 aporreando el teclado como si no hubiera un mañana 😊

Mis estadísticas CampNaNoWriMo Abril 2024:

Estas son las estadísticas de participación en mi primer reto de escritura Camp NaNoWriMo de Abril de 2024:

Estadísticas de Patricia Sutherland en el reto Camp NaNoWriMo Abril 2024

Y aunque el reto haya finalizado y hoy sea 1º de mayo, no creas que me he saltado mi cuota de escritura diaria. De eso, nada. Me he levantado tempranísimo, me he ido de aventura con mis personajes y ahora, tan pronto acabe de escribir esta entrada, me voy a poner los guantes de hortelana y ver si puedo retomar otra de las cosas que se cayó de mi lista de tareas cuando la salud me llamó al orden; mi huerto balcón. Hace un día estupendo y lo voy a aprovechar.

Y después, le tocará el turno a mi otra gran pasión; la lectura. Estoy con este libro:

Es el sexto de Connelly que leo este año y la cosa promete muchísimo 🤓

¡Feliz Día de los Trabajadores!

Mis retos de escritura: En abril, ¡Camp NaNoWriMo, of course! 

Sí, señores, Patricia Sutherland está tomando parte de este gran reto de escritura que se celebra los meses de abril y julio, a instancias de Nanowritemo.org, una organización sin ánimo de lucro internacionalmente conocida por la iniciativa NaNoWriMo que tiene lugar anualmente del 1 al 30 de noviembre desde el año 2000.

Mi primer contacto directo con este proyecto sucedió en 2022. Quedé tan conforme de haberme apuntado (de manera privada) al reto NaNoWriMo, que el año pasado decidí repetir, esta vez de forma pública. 

NaNoWriMo (acrónimo de «National Novel Writing Month») es una iniciativa que me encanta: miles de escritores en el mundo participan con el fin de escribir una novela de 50.000 palabras en un mes. Se lanza la carrera un minuto después de la medianoche, el 1 de noviembre y finaliza el 30. Escribir, escribir, escribir, de eso se trata. Subir diariamente a la web de la organización el número de palabras escritas y utilizar la energía de un proyecto común para vencer el mayor desafío de todo escritor: enfrentarse a ese espacio en el que solo estás tú y una página o una pantalla en blanco, y nada más. 

En mi caso, no participé por las razones habituales ni estaba escribiendo una novela nueva -¡con las que tengo sobre la mesa me doy por satisfecha!-. Pero como he dicho en más de una ocasión por aquí, me encantan los retos y la energía que genera este en particular gracias a la cantidad de escritores que participan en él es… A-LU-CI-NAN-TE. Así que me lancé de cabeza para empujar a tope los proyectos en los que entonces estaba trabajando. 

Fue una experiencia fenomenal. Además de que cuentan con una serie de herramientas superútiles, la organización tiene todo un sistema de apoyo montado a través de insignias que obtienes a medida que consigues hitos y de mensajes que envían para animar a quienes se apuntan al reto. Era la primera vez que alguien me felicitaba por haber escrito dos mil quinientas palabras en un día (algo que, salvo contadas excepciones, hago de lunes a sábado desde hace años) y, oye, le he cogido el gustillo 😜 

Fuera de broma, escribir es una actividad solitaria y si quienes te rodean -familia, amigos, etc.-, como es mi caso, no pertenecen al gremio, ni siquiera compartes con ellos tu día a día. Nadie que no se haya enfrentado antes a una página en blanco puede entender realmente lo que implica sentarte y producir diez páginas de la nada. Unas páginas que, para más inri, nadie podrá leer hasta dentro de mucho tiempo, cuando la historia esté terminada. Eso, si no te sucede como en las mejores familias, que tienes en casa un apasionado club de admiradores que jamás se han leído un libro tuyo 😂 Es lo que hay y lo asumes sin más. Pero cuando paladeas cómo es que te den un par de palmaditas en el hombro por el buen trabajo hecho… ¡Notas la diferencia! 

Tanto es así, que he seguido usando mi cuenta de Nanowrimo para mis nuevos proyectos. Es algo que me anima y me ayuda a mantenerme centrada en mis objetivos, así que por qué no.

Y ahora he ido un pasito más allá, ¡y me he apuntado a otro reto, mi primer Camp NaNoWriMo de abril! 🎉🎉🎉

Lo empecé cuatro días tarde y parece que debió coincidir con alguna alineación planetaria «chunga» porque desde entonces no han parado de surgir imprevistos que incluso me están impidiendo mantener mi media habitual de palabras (¡tiene narices la cosa!). Pero aquí sigo, dándole duro porque me encanta y porque para mí no hay nada comparable a saber cuando me levanto que «hoy lo voy a tener complicadísimo» y acabar el día actualizando de nuevo mi contador de palabras. ¡Es una sensación tan, tan poderosa! 🥰

Por el momento, la cosa está así:

Estadística a 24 de abril de 2024.

Si estás registrada en la web de la organización, puedes echar un vistazo a mi perfil; es público.

Superé el reto de noviembre de 2022 y el de noviembre de 2023… ¿Lograré superar este de abril? ¡Habrá que verlo! 

Seguiré informando 😜

¡Estoy de vuelta!

Sutherland, el blog de la escritora Patricia Sutherland. ¡Está de vuelta!

Han pasado varios meses desde que publiqué mi última entrada y cuando todo indicaba que ya no regresaría, ¡aquí estoy!

El blog fue una de las cosas incluidas en la lista de recortes cuando cuestiones personales relacionadas con la salud me obligaron a pisar el freno y replantearme mis prioridades. Algunos fueron recortes definitivos. Otros, como en este caso, solamente temporales. Digamos que sabía que cuando estuviera de nuevo al cien por ciento, el gusanito bloguero volvería a hacerme cosquillas. Sutherland lleva desde abril de 2007 en la blogosfera, el pasado cuatro cumplió diecisiete años. Esperar que (el gusanito) se fuera con la música a otra parte no era nada realista, ¿a que no? 😊

Así que, en adelante, Sutherland retomará sus entradas semanales todos los miércoles por la mañana y, cuando toque, habrá una entrada adicional los domingos.

Te hablaré:

✔︎ de algunas iniciativas que he puesto en marcha estos meses,

✔︎ de mis lecturas,

✔︎ de mis retos (sí, sigo desafiándome igual que siempre),

✔︎ y, por supuesto, de mis historias. Las antiguas, las actuales y las que están por venir.

¡El gusanito ya se está frotando las manos… y yo también; estoy feliz de estar de vuelta!

La 4ª temporada de Los moteros del MidWay en las promociones de vacaciones 2022. 4º y último concurso internacional.

Comienza el último concurso de las promociones que bajo el lema “Estas vacaciones quiero leer a Patricia Sutherland”, la autora organiza todos los años coincidiendo con el verano español. 4º Concurso – Septiembre 2022.

¡Último concurso! ¿Te gustaría ganar Los moteros del MidWay, 4. Una Navidad muy especial. Londres? ¡Apúntate y participa en el sorteo!
«Estas vacaciones quiero leer a Patricia Sutherland» – Último Concurso Extras Serie Moteros

Hoy te traigo el último concurso de mi campaña anual de vacaciones 🎉 Es de ámbito internacional, a través de él podrás concursar para ganar un ejemplar impreso (o digital, si lo prefieres) de la 4ª temporada de mi serie de ficción romántica Los moteros del MidWay, dedicada al yogurín Dakota (el «prota» de Princesa. Serie Moteros 1) 🥰

Concurso de ámbito internacional activo hasta el 19 de septiembre inclusive, del que encontrarás toda la información en este enlace:

Concurso Internacional Extras Serie Moteros – Los moteros del MidWay, 4.

¿Te apuntas? ¡Espero que sí y, desde ya, te deseo muchísima suerte!

La 1ª temporada de Los moteros del MidWay en las promociones de vacaciones 2022. 3º Concurso internacional.

Continúan las promociones que bajo el lema “Estas vacaciones quiero leer a Patricia Sutherland”, la autora organiza todos los años coincidiendo con el verano español. 3º Concurso – Agosto 2022.

«Estas vacaciones quiero leer a Patricia Sutherland» – 3º Concurso Extras Serie Moteros

Hoy te traigo un nuevo concurso de ámbito internacional, a través del cual podrás concursar para ganar un ejemplar impreso (o digital, si lo prefieres) de la 1ª temporada de mi serie de ficción romántica Los moteros del MidWay. ¡Sííí, ahora le toca a los moteros, cómo no! ¿Qué te parece? ¡Pinta muy bien la cosa, ¿a que sí?! 😜

Concurso de ámbito internacional activo hasta el 15 de agosto inclusive, del que encontrarás toda la información en este enlace:

Concurso Internacional Extras Serie Moteros – Los moteros del MidWay, 1.

¿Te apuntas? ¡Espero que sí y, desde ya, te deseo muchísima suerte!